Imitaciones
Para escuchar la obra a la que hago referencia:
http://www.youtube.com/watch?v=YcrKIMf6sJo
Siempre con la duda rayana entre lo pedante e intelectual de si el arte imita a la vida o viceversa... A veces es curioso y emocionante comprobar como una de esas dos afirmaciones se acerca verdaderamente a la realidad.
Aprovechando este post, aplaudo y defiendo un servicio, sí un servicio, palabra hoy desvalorizada, en un mundo en el que todo debe ser negocio rentable, como el de Radio Clásica que ha instruido a tantos y tantos melómanos en la Música, mostrando obras grandes y descubriendo joyas ocultas.
Pues bien, una de esas joyas ocultas me fue descubierta una mañana yendo a trabajar en el coche, poco antes de las ocho de la mañana, amaneciendo una mañana de invierno escuché por primera vez "On Hearing the First Cuckoo in Spring" de Frederick Delius. En la contemplación intelectual pude imaginar ese primer canto del cuco en un idealizado paisaje de prados ingleses, con el verde como color dominante... como otras veces me enamoré de una obra musical, de escucharla tanto, de ir advirtiendo cada vez un matiz nuevo, y me aprovechaba de ese descubrimiento para indagar más en la obra de un para mí desconocido Delius.
Poco después, una fría mañana de un invierno, casi primavera, me encontraba caminando por un agreste e idílico lugar, buscando el Castillo de Vioque, al que hago referencia en los primeros posts de este blog, con mi mujer y mi suegro. Un kilometro antes de llegar a nuestro objetivo, se atraviesa un bellísimo valle, entonces de un verde primavera arrebatador, en el que los únicos sonidos posibles son el rumor del río y el soplo del viento en las ramas de los arboles... De repente, a lo lejos, el canto de un pájaro, que hacía una tercera menor descendente, puso música al valle. Mi suegro nos dijo que aquel canto era de un cuco, que intermitentemente se repetía "cu-cú", y nos habló de los cucos, y que quizá ese era el primer canto del cuco en la primavera.
Entonces entendí, o para ser más exactos sentí, a Delius. Comprobé verdaderamente la emoción de escuchar el primer canto del cuco en la primavera, en un lugar como aquel.
Con el temor de rayar mas en lo pedante, cuando escucho la obra, que es una forma perfecta de la imitación de la realidad por parte del arte, me deleito suponiendo lo que Delius sintió cuando la compuso, y cuando le dio un titulo que le viene como anillo al dedo: escuchando al primer cuco de la primavera.
Aprovechando este post, aplaudo y defiendo un servicio, sí un servicio, palabra hoy desvalorizada, en un mundo en el que todo debe ser negocio rentable, como el de Radio Clásica que ha instruido a tantos y tantos melómanos en la Música, mostrando obras grandes y descubriendo joyas ocultas.
Pues bien, una de esas joyas ocultas me fue descubierta una mañana yendo a trabajar en el coche, poco antes de las ocho de la mañana, amaneciendo una mañana de invierno escuché por primera vez "On Hearing the First Cuckoo in Spring" de Frederick Delius. En la contemplación intelectual pude imaginar ese primer canto del cuco en un idealizado paisaje de prados ingleses, con el verde como color dominante... como otras veces me enamoré de una obra musical, de escucharla tanto, de ir advirtiendo cada vez un matiz nuevo, y me aprovechaba de ese descubrimiento para indagar más en la obra de un para mí desconocido Delius.
Poco después, una fría mañana de un invierno, casi primavera, me encontraba caminando por un agreste e idílico lugar, buscando el Castillo de Vioque, al que hago referencia en los primeros posts de este blog, con mi mujer y mi suegro. Un kilometro antes de llegar a nuestro objetivo, se atraviesa un bellísimo valle, entonces de un verde primavera arrebatador, en el que los únicos sonidos posibles son el rumor del río y el soplo del viento en las ramas de los arboles... De repente, a lo lejos, el canto de un pájaro, que hacía una tercera menor descendente, puso música al valle. Mi suegro nos dijo que aquel canto era de un cuco, que intermitentemente se repetía "cu-cú", y nos habló de los cucos, y que quizá ese era el primer canto del cuco en la primavera.
Entonces entendí, o para ser más exactos sentí, a Delius. Comprobé verdaderamente la emoción de escuchar el primer canto del cuco en la primavera, en un lugar como aquel.
Con el temor de rayar mas en lo pedante, cuando escucho la obra, que es una forma perfecta de la imitación de la realidad por parte del arte, me deleito suponiendo lo que Delius sintió cuando la compuso, y cuando le dio un titulo que le viene como anillo al dedo: escuchando al primer cuco de la primavera.
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